La libertad de expresión e información son fundamentales en la lucha contra la pobreza y para mejorar la vida de las personas. La disponibilidad y accesibilidad de la información promueve la transparencia, garantiza una mejor gobernanza y reduce la ineficiencia y la corrupción. A través del acceso a la información, las personas tienen la oportunidad de mejorar su calidad de vida, participar en el proceso de toma de decisiones en temas que les afectan así como exigir la rendición de cuentas por parte de sus líderes.
En Senegal, la elevada incidencia de la fístula obstétrica, junto con la escasa información sobre cómo prevenir y tratar esta devastadora lesión, demuestran con claridad por qué el acceso a la información es fundamental para la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
El desafío
La fístula obstétrica es una lesión en la vejiga o en el área recto-vaginal que es consecuencia de un trabajo de parto prolongado y complicado sin la atención médica adecuada. Con frecuencia las mujeres con fístulas sufren el rechazo de sus comunidades y son obligadas a abandonar sus familias debido al desconocimiento de esta lesión.
Existen múltiples causas de la fístula obstétrica tales como el matrimonio y embarazo precoces, una atención médica deficiente durante el parto y la mutilación genital femenina. Sin embargo, la mayoría de la población, especialmente quienes viven en zonas rurales y desfavorecidas, no conocen estas causas. Con frecuencia, las regiones más remotas son las regiones más afectadas. En estas regiones hay un nivel muy elevado de pobreza, el acceso a los servicios de salud es limitado y se siguen imponiendo prácticas culturales nocivas a las niñas y a las mujeres.
El gobierno de Senegal, junto con organizaciones nacionales e internacionales, ha adoptado diversas medidas para abordar el problema de la fístula obstétrica, entre ellas un tratamiento gratuito para la reparación de las fístulas en todo el país. Pero el problema persiste. Cada año, cientos de mujeres padecen esta lesión a causa de una falta de información precisa sobre su prevención, tratamiento y rehabilitación.
La relación entre el derecho a la información y el problema de la fístula obstétrica
ARTICLE 19 investigó la relación que había entre la falta de información y la incidencia de fístulas obstétricas en la provincia de Tambacounda, la zona con la incidencia más alta del país.
Según una encuesta realizada por ARTICLE 19 en Tambacounda, muchas personas jamás habían oído hablar de las fístulas obstétricas, ni sabían que existen tratamientos gratuitos para las mujeres. De las 290 personas entrevistadas, entre ellas 190 mujeres, solamente 32 sabían lo que era una fístula obstétrica.
La encuesta confirmó que las mujeres no saben adónde tienen que acudir ni qué procedimientos deben seguir para recibir el tratamiento. La lesión sigue rodeada de tabúes, misterio e información incierta acerca de su causa. En Senegal, la gente no suele acudir a los centros médicos en busca de información, y menos aún en regiones como Tambacounda. «Es difícil pedir información si no sabes a quién tienes que dirigir tu solicitud ni que procedimientos hay que seguir, » dijo un encuestado.
El resultado: «la información es un derecho de todas las personas»
Nuestra experiencia en Senegal muestra que los programas médicos no bastan para hacer frente a los problemas de la salud materna. La gente debe conocer los programas, y sobre todo, saber dónde pueden pedir información. El acceso a la información es vital para empoderar a las mujeres a mejorar sus vidas.
La labor de ARTICLE 19 en Tambacounda continúa, y ya muestra que es posible mejorar la salud materna mejorando el acceso a la información. Nuestro programa piloto proporcionó formación a 58 activistas comunitarios y auxiliares sanitarios voluntarios sobre las causas de las fístulas y su tratamiento. Como consecuencia de esta capacitación, las mujeres con esta lesión fueron derivadas al hospital para recibir tratamiento médico. En general, las mujeres dijeron que se sentían más empoderadas para pedir información en los centros de salud. También afirmaron que sentían que podían compartir con sus comunidades lo que habían aprendido sobre las causas y el tratamiento.
«Después de la formación, obtuve más información acerca de los peligros de la fístula y esto me ha permitido ahondar en mis conocimientos sobre el tema, y la posibilidad de compartir esta información con mis amigos y la gente de mi vecindario. Incluso logré identificar a una mujer que padecía la fístula. La información es un derecho de todos los ciudadanos del mundo, al igual que el derecho a comer, a vestirse o a recibir tratamiento médico. – Ngolo Tamega, consejero de Desarrollo del barrio de Pont.